Durante la audiencia de hoy, el Tribunal Oral Federal (TOF) recibirá testimonios de al menos cuatro casos. Entre ellos, por los delitos de lesa humanidad cometidos en perjuicio de las víctimas Ramón Bianchi, Rodolfo Hugo Lerner, Luis Alberto Soldati yRaúl Alberto Vaca Rubio.
La megacausa aborda crímenes que habrían sido cometidos contra más de 206 víctimas en los centros clandestinos que funcionaron en la ex Jefatura y el ex Arsenal. Los imputados son 41. Uno de ellos, el ex polícía Oscar Gómez, permanece internado por una afección cardíaca.
"Hijo querido, tu madre no va a dejar de buscarte nunca. Ya estamos cerca de que nos encontremos". Adelaida Carlonide Campopiano cumplió su promesa. La mamá de Julio César Campopiano fue una de las cofundadoras de "Madres de Plaza de Mayo" en la provincia. Caminó incansablemente por dependencias policiales, militares, judiciales y eclesiásticas para saber el destino del joven actor y poeta de 18 años, secuestrado -y desaparecido- el 21 de octubre de 1976. El fragmento de la carta fue relatado ayer por su hija Cristina en el juicio por la megacausa "Arsenales II-Jefatura II", que entre las víctimas incluye a Julio. De hecho, el "Campopiano" es el "caso madre" del expediente en debate.
"Fue un jueves"
Cristina respiró hondo frente al micrófono de la sala del Tribunal Oral Federal (TOF) local. Tan fuerte como debe haberlo hecho hace 37 años cuando un militar le apoyó una itaca entre los ojos para que se corriera de la puerta y dejara que se llevara a su hermano. "Fue un jueves, a las 18, en mi casa de Asunción 236. Estaba con mis hermanos Gustavo, que estudiaba Ingeniería, y Celia, que tenía 12 años (...). Golpearon la puerta y dijeron que eran compañeros de Gustavo", relató así el inicio del violento operativo en el que apresaron a Gustavo. Consignó que ella- tenía 15 años- se cruzó en la puerta y que increpó al grupo para que se identificara. Uno de ellos -a quien describió exhaustivamente- le puso el arma en el entrecejo y le exhibió un carnet del Ejército. "Correte o sos boleta", la amenazó. Se lo llevaron. Cristina atinó a llamar al padre de una amiga que trabajaba en la Justicia Federal. "Me dictó un hábeas corpus. Lo anoté en mi carpeta de Matemáticas. Me dijo que apenas viniera mi mamá (era docente y estaba trabajando), llevara el escrito a Tribunales. Celia estaba oculta detrás de un sillón con un ataque de nervios.
Luego, Julio llegó del colegio. Se sacó la corbata, dejó sus carpetas, se puso un rompevientos y salió a buscar a su hermano junto a su amigo Pedro Dilascio. Apenas cinco minutos después, en la calle, fue secuestrado. Sólo Pedro volvió.
Por gestiones de Adelaida, la familia pudo saber que los chicos fueron llevados al centro de exterminio que funcionó en el ex Arsenal. Allí también habían alojado a la novia de Julio. Gustavo fue liberado 10 días después, muy golpeado. Pudo contar que había escuchado cómo torturaron a Julio.
En 1977 recibieron un llamado de alguien que dijo llamarse "Estela". "No lo busque más a su hijo porque lo matamos", le habría dicho a su madre, que cayó desmayada. "Cuando los peritos me tomaron las muestras, les dije cómo estaba vestido, pensando que por el material, el rompevientos no se degradaría. Luego supe que en las condiciones que estaba... probablemente haya estado desnudo. Por un ex gendarme (Antonio Cruz), supe que mi hermano murió por las torturas. Contrajo tétanos y lo dejaron morir", lamentó sollozando. Tras pedirle al TOF que condene a los imputados, le habló a su hermano desaparecido: "Te estoy tejiendo un par de alas. Se que te irás cuando termine, no soporto no verte volar. Hoy tengo que dejarte ir".
Celia, a su turno, dijo estar orgullosa de su madre. "Mi mamá no sólo fue mi mamá. Fue una madre de Plaza de Mayo. Ustedes la conocen", dijo mientras levantó una foto de ella frente a los imputados.